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Explorando la extensión del diluvio: Tercera parte

¿Cuál fue el propósito del acto de juicio de Dios? La respuesta ayuda a determinar el alcance del diluvio de Génesis.

Los tratos del Señor con Abraham con relación a la destrucción de Sodoma muestran los límites que él establece al tratar con la reprobación.1 Dios prometió a Abram que, si pudieran encontrarse allí tan solo diez personas justas, suspendería su juicio. Al final, Dios sacó de Sodoma a la única persona redimible y ofreció refugio a su familia antes de derramar su justa ira.2 Al mismo tiempo, Dios permitió que los amorreos cercanos sobrevivieran, por muy malvados que fueran, “porque antes de eso no habrá llegado al colmo la iniquidad de los amorreos”.3 

En el Nuevo Testamento, la descripción que hace el apóstol Pablo de los réprobos evoca imágenes de un cáncer moral. “Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican”.4

Así como un cirujano extirpa un tumor maligno para salvar la vida de una persona, del mismo modo Dios actúa de forma decisiva y precisa para extirpar una comunidad que se ha vuelto completa e irremediablemente maligna, con el fin de salvar el “cuerpo” más amplio de la muerte espiritual. Llevando la analogía más lejos, la naturaleza y el grado de degradación moral que el Cirujano divino ve (como solo él puede verlo) en una comunidad particular determina sus acciones, específicamente cuánto del “tejido” social debe ser cortado y si se necesitarán terapias adicionales después de la cirugía.

La contaminación de la vida réproba parece ganar un punto de apoyo y luego se extiende en un orden detectable:

  1. en todo el ser de la persona pecadora5
  2. luego a la progenie6 y a otros en la comunidad
  3. luego a los animales almáticos (con alma) en contacto con ellos7
  4. luego a las posesiones materiales8
  5. luego a la tierra que habitan9

Así pues, cuando Dios realiza una cirugía, el procedimiento se definirá en función de la magnitud de los daños causados por la reprobación que ve. A diferencia de un cirujano humano, Dios no necesita un margen de seguridad. Trabaja con una precisión perfecta para cortar la malignidad, dejando el tejido sano o reparable en su lugar.

Esa malignidad era evidente en la época de Noé. Génesis dice que, para toda persona que no fuera Noé y su familia, “todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal”. Génesis añade: “la tierra estaba corrompida y llena de violencia”. Por lo tanto, Dios determinó rescatar a Noé, su familia y sus animales almáticos de la reprobación mortal que los rodeaba —las personas y su progenie, sus animales almáticos y sus bienes materiales— y depurar la tierra que habitaban.

Según esta perspectiva teológica, la extensión geográfica del diluvio de Noé puede determinarse por la extensión geográfica de la comunidad humana y de los animales almáticos asociados a ella. La base para interpretar el diluvio de Noé como un acontecimiento de proporciones geográficas menores que globales es que la civilización humana de aquella época carecía de la motivación y los medios (económicos, técnicos y de otro tipo) para colonizar regiones distantes del planeta. La evidencia arqueológica indica que la población humana aún no se había extendido más allá de la zona de unión de tres continentes y sus alrededores: África, Asia y Europa.10 Los marcadores parasitarios y de ADN indican la posterior y rápida expansión de la humanidad desde esa única región a todas las masas continentales de la Tierra.11

En Génesis 11:1-9 se nos dice que, incluso después del terrible diluvio, la gente siguió desobedeciendo obstinadamente el mandato de Dios de “ser fructíferos y multiplicarse, llenar la tierra y someterla”.12 En lugar de ello, propusieron hacer otra cosa: “Construyamos una ciudad con una torre que llegue hasta el cielo. De ese modo nos haremos famosos y evitaremos ser dispersados por toda la tierra”.13

Desde un punto de vista teológico, no existía ninguna razón para que Dios inundara todo el planeta Tierra. Y los animales que trajo a Noé para que los embarcara en el arca habrían sido parejas (múltiples parejas en algunos casos) de criaturas autóctonas de la región (pero aún incontaminadas) y vitales para el rápido restablecimiento del ecosistema y de la civilización. Esta interpretación es fiel al texto y al carácter revelado de nuestro Creador y Salvador.

Notas
  1. En este artículo empleo “reprobación” como sinónimo de “depravación”, y no en su otro sentido teológico como lo contrario de “elección”.
  2. Génesis 18:22-33.
  3. Génesis 15:16
  4. Romanos 1:32.
  5. Romanos 7:8-11.
  6. Éxodo 20:5.
  7. Josué 6:21.
  8. Números 16:23-33.
  9. Levítico 18:24-28.
  10. Fazale Rana con Hugh Ross, Who Was Adam? (Pasadena, CA: Reasons To Believe, 2005): 123–37.
  11. Ibid.
  12. Génesis 1:28.
  13. Génesis 11:4.