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Explorando la extensión del diluvio, lo que dice la Biblia: Segunda parte

El número anteriorde New Reasons to Believe abordó la extensión del diluvio de Génesis según las referencias a todo el “mundo”. Tanto en su contexto lingüístico como histórico, el mundo, en los pasajes del Génesis, no se refiere a todo el planeta, sino al “mundo” de personas. Por tanto, el diluvio pudo ser mundial sin ser global.

No obstante, muchos otros pasajes bíblicos fuera del texto de Génesis arrojan una luz aún más clara sobre la extensión geográfica del diluvio. El más explícito de estos pasajes es el Salmo 104, una recapitulación bellamente descriptiva de los principales milagros que Dios realizó durante los seis días de la creación de Génesis 1.

En Salmos 104:6, el escritor describe la apariencia de la tierra antes de que se formaran islas o continentes (días 1 y 2 de la creación). Salmos 104:7-8 relata la transformación por parte de Dios de la corteza terrestre (en el día 3 de la creación), que pasó de ser un mundo acuoso a una superficie con océanos y masas terrestres establecidas de forma permanente. En el versículo 9, el salmista dice explícitamente a Dios que, en este proceso de formación de continentes, “Pusiste una frontera que ellas [las aguas] [the waters] no pueden cruzar; ¡jamás volverán a cubrir la tierra!”. Dado que el diluvio de Génesis ocurrió algún tiempo después de los días de la creación, este pasaje indicaría que el diluvio no pudo haber sido geográficamente global en su extensión.

El libro de Job, en los capítulos 38-39, también describe los eventos de los días de la creación del Génesis. Con referencia al tercer día de la creación, Dios pregunta, retóricamente, “¿Quién encerró el mar tras sus compuertas… O cuando establecí sus límites y en sus compuertas coloqué cerrojos. O cuando le dije: ‘Solo hasta aquí puedes llegar; de aquí no pasarán tus orgullosas olas’?”. Nuevamente, el pasaje da a entender que, al formar los continentes, Dios estableció para los océanos límites permanentes, fronteras que nunca más podrían cruzar.

Varios textos adicionales parecen subrayar el punto establecido en el Salmo 104 y en Job 38. Dos de ellos son Salmos 33:6-11 y Proverbios 8:25-29. Además, 2 Pedro 2:5 nos informa que Dios trajo el diluvio sobre “el mundo de los impíos”. Si la humanidad no había emigrado aún a todos los continentes de la tierra, incluidas la Antártida, Groenlandia, Australia y América del Norte y del Sur, no habría habido ninguna razón aparente para que la devastación de Dios se extendiera tan lejos. Un punto similar se expresa en 2 Pedro 3:6: “Por la palabra y el agua, el mundo de aquel entonces pereció inundado”. Pedro parece distinguir el “mundo” de Noé del suyo, el mundo romano.

Incluso dentro del propio relato del diluvio de Génesis (Génesis 6-9) vemos indicios de que la inundación fue algo menos que global en su extensión. En Génesis 8, por ejemplo, cuando Noé observa el retroceso de las aguas, el versículo 5 dice que podía ver las colinas y montañas lejanas desde su perspectiva en la parte superior del barco. Así que soltó una paloma: “Pero la paloma no encontró un lugar donde posarse, y volvió al arca porque las aguas aún cubrían la tierra” (Génesis 8:9). Aparentemente, la paloma voló por debajo de la altura del punto de observación de Noé. Pero las palabras hebreas traducidas como “la tierra” (“la faz de toda la tierra”, RVR1960 y otras) en este versículo son las mismas que se utilizan en Génesis 7:19, el texto más citado como prueba de que el diluvio fue global.  Frases como “toda la superficie de la tierra”, “bajo todo el cielo” y “todo el mundo” pueden, por tanto, referirse a un área menor que la superficie total del planeta, digamos, de horizonte a horizonte (más o menos) o al área habitada por personas, en la que se centra el texto.

El diluvio de Génesis bien pudo extenderse más allá de Mesopotamia. La mayoría de los nombres de lugares registrados en Génesis 2 a 8 están asociados a lugares dentro de Mesopotamia, pero algunos no. Las excepciones notables son los ríos Pisón y Guijón, que fluían desde el sur de la península arábiga. Parece posible que el diluvio de Génesis inundó no solo toda Mesopotamia, sino también toda la región del Golfo Pérsico y gran parte del sur de Arabia. Es intrigante observar que la región del Golfo Pérsico era tierra seca, según los geólogos, hace unos 40.000-80.000 años, una época que coincide aproximadamente con los días de Noé (basándonos en la calibración adecuada de las genealogías de Génesis 5 y Génesis 11).*

Como en cualquier cuestión o controversia bíblica, el enfoque más útil es integrar todos los pasajes bíblicos que abordan el tema. Por tanto, cualquier estudio sobre el diluvio debe abarcar también el material bíblico sobre el juicio de Dios contra el pecado. En otras palabras, ¿por qué el diluvio? Ese es un tema para otro artículo.

*Ver More than a Theory (Grand Rapids: Baker, 2009), 189-90.


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