Una forma de atraer a los escépticos de la fe cristiana es hablar de la influencia que los pensadores cristianos han tenido en las personas, independientemente de su afiliación religiosa. Como puente para un escéptico de orientación filosófica, sugiero hablar de la influencia que un obispo cristiano del siglo V ha tenido en la filosofía occidental, y en el existencialismo en particular.
El existencialismo es una escuela de pensamiento que atrae tanto a ateos como a teístas. Wikipedia lo define como «una forma de indagación filosófica que explora el problema de la existencia humana y se centra en la experiencia de pensar, sentir y actuar». Así, históricamente, famosos filósofos y teólogos han pertenecido a este movimiento intelectual. Pero, ¿quién fue el primer pensador y escritor existencial de la historia?
Si has estudiado la filosofía moderna, sabrás que el existencialismo fue una de las teorías filosóficas más influyentes durante la mitad del siglo XX. Hay muchos nombres importantes asociados a este movimiento filosófico y cultural europeo.1 El filósofo del siglo XIX Søren Kierkegaard suele ser llamado el padre del existencialismo, mientras que Friedrich Nietzsche es consideradoun precursor crítico. Sus homólogos del siglo XX, Jean-Paul Sartre y Albert Camus, suelen ser identificados como filósofos existencialistas seculares clave.
Pero el filósofo cristiano James K. A. Smith, autor de On the Road with Saint Augustine: A Real-World Spirituality for Restless Hearts, ha sugerido que San Agustín (354-430) puede haber sido el primer filósofo existencialista del mundo.2 No sólo los pensadores cristianos Blaise Pascal y Søren Kierkegaard fueron serios alumnos de Agustín, sino que pensadores seculares como Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Martin Heidegger y Jacques Derrida también prestaron cuidadosa atención a los escritos de Agustín.3 El existencialismo como enfoque filosófico ha atraído a destacados teístas (Karl Barth, Gabriel Marcel, Jacques Maritain, Nikolai Berdyaevu, Martin Buber) y a destacados ateos (Simone de Beauvoir, Maurice Merleau-Ponty). Tanto las personas religiosas como las no religiosas se sienten identificadas con sus características principales, entre ellas:
• un énfasis en la búsqueda de sentido, propósito y significado en la vida, especialmente para el individuo, • un enfoque sobre por qué las personas tienen anhelos internos y experimentan angustia y extrañeza con la vida y dentro de sí mismos, • una reacción al exceso de énfasis en los ámbitos estrictamente racionales de la vida y, por tanto, una valoración de los ámbitos subjetivos (las artes, la imaginación, las pasiones, la emoción).
Tomando estos tres temas como aspectos importantes del existencialismo, es fácil ver por qué Agustín sería popular entre los filósofos existenciales.
Pero Gordon Lewis, un cristiano y estudioso de Agustín, pensó que era mejor describir a San Agustín como alguien con una actitud existencial, más que como un verdadero existencialista. En opinión de Lewis, los puntos de vista cristianos de Agustín sobre la ontología (el estudio del ser) lo apartan de los elementos seculares que tradicionalmente definen el existencialismo.
Lewis señala:
«Agustín tiene un punto de vista existencialista de la caída humana, un énfasis en el individuo existente y una actitud existencial de compromiso. . . .. . . . Agustín, por tanto, tenía sorprendentes similitudes con el punto de vista y la actitud existencialista, pero no era un existencialista en el uso ordinario de la palabra».4 La biografía de Agustín, Confesiones, atrae a una gran variedad de personas cuando se trata de reflexionar sobre el sentido de la vida. El hecho de que escriba en términos muy personales y subjetivos sobre su vida y su pensamiento atrae a la gente y les hace reflexionar sobre sus propias vidas. El Papa Benedicto XVI, que es un estudioso de Agustín, ha dicho que le atrae más el agustinismo que el tomismo (la escuela de pensamiento basada en las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino).5 Agustín, aunque no se formó formalmente en filosofía, puede haber sido el filósofo más influyente de todos los tiempos.6 Sus escritos ofrecen una vía de exploración de la condición humana que todos pueden apreciar.
Recursos
Aunque hay muchas traducciones de las Confesiones disponibles, recomiendo estas: Confessions, trans. R. S. Pine-Coffin (New York: Penguin, 1961); The Confessions: Saint Augustine ofHippo, ed. David Vincent Meconi, trans. Maria Boulding (San Francisco: Ignatius, 2012); Confessions, 2nd ed., ed. Michael P. Foley, trans. F. J. Sheed (Indianapolis: Hackett, 2006).
No recuerdo quién me recomendó la cuenta de Instagram de thedarksideofnature, pero su descripción era lo suficientemente intrigante como para que tuviera que echarle...
