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¿Es la crueldad en la naturaleza algo realmente malo?

¡Cuán numerosas son Tus obras, oh Señor!
Con sabiduría las has hecho todas;
Llena está la tierra de Tus posesiones.

Salmo 104: 24 (NBLA)

No recuerdo quién me recomendó la cuenta de Instagram de thedarksideofnature, pero su descripción era lo suficientemente intrigante como para que tuviera que echarle un vistazo. Después de leer algunas publicaciones, acabé añadiéndome a la lista de seguidores.

Si bien no puedo decir que me gusten las fotos y los vídeos publicados por thedarksideofnature -que muestran la naturaleza «roja en dientes y garras»-, pero sí que me parecen hipnotizantes. Su sitio web afirma que «se trata de mostrar al mundo un lado diferente de la naturaleza. Un lado que quizá no sea el más bonito, pero sí el más realista».

Los posts de thedarksideofnature son un duro recordatorio de la dicotomía en el reino animal, simultáneamente hermoso y brutal, destacando la majestuosidad y el poder -y el peligro- del mundo de la naturaleza. Para muchas personas, la belleza, la majestuosidad y el poder de la naturaleza son una obra del Creador. Para otros, la brutalidad de la naturaleza es un motivo justificado para rechazar la existencia de Dios. ¿Por qué un Dios todopoderoso, omnisciente y bueno iba a crear un mundo en el que el dolor y el sufrimiento de los animales parecen ser gratuitos?

Tal vez nada ejemplifique mejor la aparentemente insensata crueldad de la naturaleza que la generalización del canibalismo filial (relacionado con las crías) y el abandono filial entre los animales. Muchos animales se comen a sus crías o consumen los huevos después de ponerlos. Otros abandonan a sus crías, condenándolas a una muerte segura.

Qué característica tan inimaginablemente cruel de la naturaleza. ¿Por qué iba a crear Dios animales que se comen a sus crías o las abandonan?

¿Es realmente mala la crueldad en la naturaleza?

¿Y si hay buenas razones para que Dios permita que el dolor y el sufrimiento existan en el reino animal? La investigación científica parece ofrecer varias razones.

Por ejemplo, algunos estudios revelan el propósito del dolor y el sufrimiento de los animales. Otros demuestran que la muerte de los animales favorece la biodiversidad y la estabilidad del ecosistema. Incluso hay estudios que aportan razones para el canibalismo filial y el abandono de las crías (véase la sección de Recursos, más adelante). Recientemente, un equipo de investigadores de Europa y Australia aportaron razones adicionales sobre el por qué los animales se comen a sus propias crías.1

Estos investigadores no se propusieron estudiar el canibalismo filial. Lo que pretendían era entender por qué la medusa, originaria de la costa atlántica de Norteamérica, ha tenido tanto éxito en la colonización de nuevos hábitats. Por ejemplo, esta especie invasora se ha abierto paso en el Mar Báltico, que tiene períodos más largos de baja disponibilidad de alimentos en comparación con el hábitat nativo de la medusa. La medusa se ha adaptado a la escasez de alimentos adoptando un comportamiento que, a primera vista, es contraproducente. Al entrar en el final de la temporada, cuando el campo de presas comienza a vaciarse, la medusa hace una inversión masiva en la reproducción, a pesar de que las crías larvales no tienen prácticamente ninguna posibilidad de sobrevivir. De hecho, al cabo de tres semanas, la progenie de la medusa deja de crecer, reduce su tamaño y muere.

 

Foto: Medusa. Credito: Shutterstock

Resulta que la oleada de reproducción de finales de la temporada explica el éxito de la medusa como especie invasora. Los investigadores descubrieron que el florecimiento de las crías sirve como fuente de alimento para los adultos de la medusa, sustituyendo a las presas que desaparecen. En otras palabras, a medida que las presas disponibles de la medusa comienzan a disminuir en número, las medusas se reproducen a gran escala y los juveniles sirven como almacén de nutrientes que duran tres semanas más allá del colapso de los campos de presas. Aunque esta corta duración puede no parecer gran cosa, ofrece a la medusa la oportunidad de superar a otras formas de vida marina durante esta ventana de tiempo, marcando ecológicamente la diferencia entre el florecimiento y el declive de la especie.

En lugar de considerar siniestro el canibalismo filial entre las medusas, los investigadores lo consideran un diseño ingenioso. Argumentan que la población de medusas parece trabajar conjuntamente como un solo organismo. Según Thomas Larsen, miembro del equipo de investigación:

«En cierto modo, toda la población de medusas actúa como un único organismo, con los grupos más jóvenes apoyando a los adultos en épocas de estrés nutricional. En general, esto permite a las medusas persistir a través de eventos extremos y períodos de escasez de alimentos, colonizando más allá de lo que las condiciones climáticas y otras condiciones normalmente permitirían».2

En efecto, el canibalismo filial observado en la medusa no difiere de la autofagia y la apoptosis observadas en los organismos pluricelulares, en los que las células individuales se consumen en beneficio del organismo en general.

El canibalismo filial y el problema lógico del mal

Estas ideas sobre el valor adaptativo del canibalismo filial para la medusa ayudan a abordar el problema lógico del mal natural. Como parte del problema del mal natural, surgen preguntas sobre la existencia y la bondad de Dios a causa de la brutalidad en el reino animal. Muchos escépticos ven el problema del mal como un desafío insuperable para el teísmo cristiano:

  1. Dios es todopoderoso, omnisciente y bueno.
  2. Por lo tanto, cabría esperar que los diseños de la naturaleza fueran buenos.
  3. Sin embargo, la naturaleza es brutal, con animales que experimentan una cantidad excesiva de dolor y sufrimiento.
  4. Por lo tanto, Dios no existe o no es bueno.

Los escépticos argumentan que esta última observación sobre la naturaleza es lógicamente incompatible con la existencia de Dios, o, mínimamente con la bondad de Dios. En otras palabras, debido al mal natural, o bien Dios no existe o no es bueno. En cualquiera de los dos casos, el teísmo cristiano queda minado. Pero, ¿y si hay una buena razón -como muestra la investigación- para que el dolor y el sufrimiento existan en la naturaleza? Podríamos modificar el silogismo de esta manera:

  1. Dios es todopoderoso, omnisciente y bueno.
  2. Por lo tanto, es de esperar que la naturaleza tenga buenos diseños.
  3. Hay buenas razones para que Dios permita el dolor y el sufrimiento en el reino animal.
  4. La muerte, el dolor y el sufrimiento de los animales forman parte de la naturaleza.

En otras palabras, si hay buenas razones para el dolor y el sufrimiento de los animales, entonces la existencia y la bondad de Dios son lógicamente coherentes con el dolor y el sufrimiento de los animales. Además, ¿quién puede decir que el dolor y el sufrimiento en el reino animal son excesivos? ¿Cómo podría alguien saberlo?

¿El Dios del escepticismo o el Dios de la Biblia?

Al considerar el problema del mal natural, es importante distinguir entre el Dios de la filosofía naturalista y el Dios de la Biblia. Aunque algunos filósofos pueden ver el dolor y el sufrimiento en el reino animal como una razón para cuestionar la existencia y la bondad de Dios, los autores de las Escrituras tenían una perspectiva diferente. Vieron la muerte de los animales como parte de la buena creación y como una razón para alabar y celebrar a Dios como Creador y Proveedor.3 Los conocimientos de la ciencia sobre la importancia de la muerte de los animales para los ecosistemas, y el valor adaptativo del dolor y el sufrimiento proporcionan la justificación para llamar a estas características de la naturaleza “buenas”.

Todos ellos esperan en Ti
Para que les des su comida a su tiempo.
Tú les das,
ellos recogen;
Abres Tu mano,
se sacian de bienes.

Escondes Tu rostro,
se turban;
Les quitas el aliento[a],
expiran, Y vuelven al polvo.
Envías Tu Espíritu,
son creados,
Y renuevas la superficie de la tierra.

Salmo 104: 27-30 (NBLA)

Recursos

La muerte de los animales y el problema del mal

El argumento de la belleza

Notas
  1. Jamileh Javidpour et al., “Cannibalism Makes Invasive Comb Jelly, Mnemiopsis leidyi, Resilient to Unfavorable Conditions,” Communications Biology 3 (2020): 212, doi:10.1038/s42003-020-0940-2.