Una pregunta que se publica con frecuencia en mi página de Facebook es: ¿Por qué, si existe un Dios todopoderoso y omnipotente, las personas buenas mueren cuando aún son jóvenes? He aquí un ejemplo reciente:
Un famoso cantante cristiano que admiro, muy apasionado por su fe, murió joven de cáncer. ¿No dice la Biblia que Dios no te dejará sufrir y te concederá una larga vida si eres su hijo fiel? ¿Por qué murió este cantante de cáncer? Esta muerte está desbaratando mi creencia en Dios.
Desde mi perspectiva de científico, he aquí cómo he respondido brevemente a esta pregunta:
En primer lugar, ninguno de nosotros es “bueno” en el sentido bíblico de la bondad. Sólo Dios es perfectamente bueno. Sin embargo, Dios tiene la misión de hacer buenas a las personas que quieren serlo.
Dios somete a todos los seres humanos a las leyes de la termodinámica, la gravedad y el electromagnetismo como herramientas para disuadirnos de cometer pecados y actos malvados y para animarnos a acudir a él en busca de redención. Estas leyes aseguran que cuanto más pecado y maldad cometamos, más dolor, más trabajo y más tiempo perdido soportaremos. Estas leyes y nuestra constitución biológica son tales que encontramos el trabajo extra, el dolor y el tiempo desagradables y, por lo tanto, estamos motivados para evitar el pecado y el mal. A medida que descubrimos nuestra incapacidad dentro de las leyes de la física y nuestra constitución física y espiritual para evitar completamente el pecado y el mal, estamos motivados a buscar la liberación de nuestro pecado y mal por el Dios Redentor que nos creó. Explico todo esto de forma más completa y detallada en mi libro Why the Universe Is the Way It Is (Por qué el universo es como es).1
Los seres humanos necesitan una exposición continua a las leyes de la física para tener alguna esperanza de liberación de nuestro pecado. Sin embargo, debido a estas leyes de la física, todos experimentamos la decadencia, el sufrimiento, el deterioro de la salud y, finalmente, la muerte física. En raras ocasiones Dios interviene milagrosamente para liberar a alguien temporalmente de las consecuencias de las leyes de la física, pero sólo cuando esa liberación provoca una respuesta más fuerte a su oferta de redención que dejar que las leyes de la física sigan su curso.
Isaías 57:1-2 puede aplicarse al cantante que admiras. Dios conoce el futuro de cada uno de nosotros. Si ese futuro implicaba sufrimiento para el cantante, Dios lo habría sabido y podría haber decidido permitirle “graduarse” antes de tiempo. Otra posibilidad es que Dios haya utilizado la muerte de este cantante de una manera similar a la que utilizó la lapidación de Esteban (Hechos 7), para llevar a otros a la fe en Cristo.
Como criaturas finitas, la muerte puede resultar desconcertante para los seres humanos. Como tal, podemos identificar cuatro categorías de misterio: (1) ¿Por qué Dios permite que las personas “buenas” mueran jóvenes? (2) ¿Por qué las personas “buenas” deben pasar vidas mucho más largas en la tierra de lo que desean? (3) ¿Por qué a algunas personas malas se les permite vivir largas vidas? y y (4) ¿Por qué a otras personas malas se les corta la vida? En cada caso hay pasajes de las Escrituras que explican el porqué. Lo que sigue son selecciones de pasajes bíblicos que primero abordan la muerte física de los humanos en general, seguidos de listas de pasajes bíblicos que abordan cada una de las cuatro categorías de personas.
Los malvados a veces mueren jóvenes
-por falta de sabiduría
-porque se dejan llevar por la insensatez
-para detener la propagación de la maldad
-para limitar el juicio sobre los malvados
-para limitar el dolor de sus familiares
-para transferir la riqueza a los justos Génesis 38:6–19Proverbios 5:21–23 Job 20:4–11Proverbios 29:16 Salmo 55:15Eclesiastés 2:26
Siempre que dirijo un funeral o un servicio fúnebre, distribuyo estos pasajes de las Escrituras. Después, muchas personas me dicen que estos pasajes les dan mucho consuelo, seguridad y comprensión. También hacen que la gente piense en las cuestiones más importantes de la vida, cuestiones que con demasiada frecuencia los que “viven la buena vida” ignoran.
Notas
Hugh Ross, Why the Universe Is the Way It Is (Grand Rapids: Baker, 2008), 147–181, https://support.reasons.org/purchase/why-the-universe-is-the-way-it-is.
