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El suicidio: ¿Un pecado imperdonable para los cristianos?

A lo largo de mi carrera profesional como profesor y como académico cristiano me han hecho miles de preguntas. Sin embargo, cada vez que me preguntan sobre el suicidio, siempre me toca una fibra sensible en lo más profundo de mi ser. Un miembro cercano de mi familia se suicidó hace más de 40 años, cuando yo era apenas un adolescente. Mi mujer también perdió a un miembro de su familia de la misma manera trágica.

En esta publicación voy a exponer cuatro puntos sobre la tragedia del suicidio. Mi enfoque central será la cuestión de si Dios perdona este acto.

  1. La gravedad del suicidio

Quitarse la vida intencionadamente es un pecado de gran magnitud. ¿Por qué? Porque el suicidio es un auto-asesinato. Y lo que hace que el asesinato sea un acto tan horrible no es sólo el robo de una vida inocente, sino también el hecho de que todos los seres humanos están hechos a imagen de Dios (Génesis 1:26-27). Por lo tanto, el asesinato constituye un ataque a Dios mismo (Génesis 9:6). Asesinar a otra persona o a uno mismo es un pecado grave tanto contra los seres humanos como contra Dios.

2. El suicidio y la enfermedad mental

Según los profesionales de la salud mental, quitarse la vida suele estar relacionado con algún tipo de enfermedad mental. Debido a estos problemas, las personas que mueren por suicidio no suelen tener un control completo o equilibrado de su estado mental. Este factor de inestabilidad hace que se cuestione el grado de responsabilidad volitiva del suicidio. Los cristianos no son inmunes a los problemas de salud mental y son susceptibles de tener pensamientos suicidas como cualquier otra persona.

3. El suicidio y los jóvenes

Existe un grave problema en el mundo occidental en lo que respecta al suicidio entre los adolescentes y los adultos jóvenes. Por desgracia, para demasiados jóvenes con problemas, el suicidio se convierte en una solución permanente a problemas temporales como el abuso de sustancias o la depresión no tratada. Los jóvenes «en riesgo» que muestran signos de riesgo de suicidio deben recibir ayuda rápida de sus padres, médicos, consejeros y pastores.

4. El suicidio y el perdón divino

El suicidio es único entre los pecados de la humanidad porque la persona que comete este pecado no puede confesarlo ni arrepentirse. Pero, ¿perdona Dios el pecado del suicidio?

En ninguna parte de las Escrituras se afirma o implica que el suicidio sea el pecado imperdonable. El único pecado imperdonable es el que cometen quienes rechazan voluntaria y permanentemente la oferta de amor de Dios en Jesucristo (Juan 3:36). Sin fe (confianza y seguridad) en Jesucristo como Señor y Salvador, una persona se enfrentará a la justa ira de Dios en la otra vida (1 Timoteo 2:5-6).

Sostengo, basándome en las Escrituras, que Dios puede perdonar y perdona a sus hijos que se quitan la vida. Esta afirmación del perdón no condona en absoluto el suicidio, que es un gran pecado. Sin embargo, la muerte sacrificial de Jesucristo expía todos los pecados de su pueblo, pasados, presentes y futuros (Romanos 3:25). Y Dios no retirará su amor perdonador porque un enfermo mental en estado de desesperación cometa un terrible acto autodestructivo (Romanos 8:38-39). Los creyentes en el Señor Jesucristo disfrutan del perdón permanente y completo de Dios por todos sus pecados (2 Corintios 5:18-19).

Recursos

  • Si estás pensando en el suicidio, alguien de la Línea de Vida para la Prevención del Suicidio (1-800-273-8255) está disponible para hablar contigo ahora mismo (24/7).
  • Aquí hay un artículo útil sobre el tema del suicidio, especialmente para los cristianos, The Truth about Suicide. (La verdad sobre el suicidio).
  • Para más información sobre el cristianismo y la salud mental, recomiendo a Mark P. Cosgrove and James D. Mallory Jr., Mental Health: A Christian Approach. (La Salud Mental: Un enfoque cristiano).